Frío intenso.
Partido aburrido.
Sólo me queda observar
a mí alrededor.
A la derecha (¿qué paradójico no? ), Jorge Altamira, revelación política en las PASO.
Honrosa participación de sus candidatos de izquierda que,
alcanzando 4.18%, lograron superar largamente tan temido filtro.
Altamira, un luchador que desde 1957 participa en las
contiendas del movimiento obrero, combatiente del lopezreguismo, del videlismo
y del delaruismo ha mantenido sus convicciones sin desvío alguno.
Como su amor
incondicional por Huracán.
Otros militantes lo acompañan. Hinchas desconocidos que
también sufren.
Como sufrimos el frío
y el equipo los de Revolución Quemera.
A mi izquierda, varios escalones abajo concentra mi atención
un grupo, un grupo de
amigos.
La cultura y el agrupamiento pueden formarse a partir de la
edad, etnia o género de sus miembros.
Una tribu urbana es un grupo de personas que se comportan de acuerdo
a sus ideologías y que se origina y se desarrolla en determinado ambiente,
hasta podría ser una cancha de fútbol.
Estos tres jóvenes -no sé sus nombres- eran de diferentes
tribus urbanas.
Allí estaban un
“cheto”, un “cumbiero” y un “glam”.
Fácilmente identificables por su estética y su forma de
hablar.
Los tres –como nosotros- sufriendo el frío y a Huracán.
Me acerqué y asistí a su “mirada” del partido
.
El Cheto,
camperón de cuero Polo
Ralph, aire macrista, cuidada barba de dos días, cítrico aroma de Cavalli,
esbozaba:.
“La llegada del
Metrobus al sur generará una convocatoria mayor a la actual lo que permitirá un
crecimiento económico sostenido. En los próximos años seguramente el Turco
podrá contar con Messi, Neymar o una figura de calibre. Tendremos un
gerenciamiento adecuado que nos permitirá inundar la tribuna de globos
amarillos”.
“Tal vez debamos
cambiar el color de la camiseta, decía, mientras se contorneaba como Rod
Stewart con ´se oye un grito que se
expande´…”
El Cumbiero,
ropa deportiva del Globo, gorrita invertida, con algún copetín de más, luego
que el carrilero Velásquez –cual gladiador rugbier se topaba a los manotazos
con flojos rivales- sentenció: “Este toma
vitamina, se compró una bolsa y está pila pila”.
El Cheto lo miró despectivamente.
“ Yo no miento, yo no
engaño, fumo porro y meto caño” ( El pibe tuerca, Pibes Chorros).
Creí que el ambiente se espesaba cuando el chico Glam ( hoy dejé la naftalina Dr. Malde …
a propósito ¿cómo andan sus baños termales? )
puso la nota de humor. Con su
pantalón chupin, flequillo planchado, tremendo celular que no paraba de
twittear, messengear o facebookear acotó:
¡¡¡Sory gordoooo!!! ¡¡Turco estás divain con tu Versace!! ¡Me re
like el Glob! ¡¡¡Te re love Arraya!! Que ¡¡golazo tipoooo naa! El árbitro parece un
all black… nuestro arquero todo in red … ¡Que divain!...
Fin de fiesta.
Ganamos.
El Globo y su Turco
todo lo pueden.
Arq. Marcial Sarrìas para Revoluciòn Quemera