miércoles, 1 de junio de 2011

La Historia de Los Martes (hoy miércoles)

Si llegó el breve relato de Marcial Sarrías. Esta vez le tocó a un puesto complicado dentro del campo de juego. Leela....
El Día del Arquero

Es tiempo de arqueros.
Error grave de Juan Pablo Carrizo que deja a River compartiendo la Promoción con el Globo.
Posterior renuncia del Pato Fillol que se ofende, pues el actual arquero de la selección argentina no acepta su acompañamiento de condolencias.
Nuestro querido Monzón que, situación de descenso mediante, ha olvidado sus manos en el placard y fecha tras fecha incrementa su cuota de goles tontos.
Nuestro relato breve de este martes recala en dos de nuestros arqueros.
Hace ya algún tiempo cuidaban nuestro arco
Jesús Borzi y Justo Ramón Zayas.Siguiendo con la línea ya aquí desarrollada de contrataciones insólitas, aquel 1979 se presentaba en nuestro arco a Jesús Borzi . Provenía de la prestigiosa liga de Australia, del Brisbane City (¿?).La remanida comparación con los canguros enseguida lo martirizó.
El 18 de marzo de 1979, Huracán se enfrentaba con Gimnasia y Esgrima de La Plata en el Bosque, ubicado en 60 y 118, por el Torneo Metropolitano.
Arbitraba don Arturo Iturralde. Sí, al que le recordaban el útero de su madre.
Ya no quedaba casi nada del campeón del ’73 y del subcampeón del ’76. Apenas Carrascosa, Cheves, el Negro Longo y el casi hoy destituido presidente Babington…
Nuestro imponente arquero – casi un Wallaby (1)- marcaba las líneas imaginarias del área para referenciar sus salidas…
No se percató que el encuentro se había iniciado… García Ameijenda tocó para Carlos Dantón Seppaquercia…
1, 2, 3, 4… segundos…y… gol…
Jesús Borzi
convertía al nueve Mensana en hombre record.
Fue el gol más rápido de la historia de nuestro fútbol.
Huracán siempre marcando records…Retrotrayendo el tiempo hacia 1966, la lesión de nuestro arquero titular: Raúl Navarro, nos permitió sufrir con el ingreso -en pocos partidos- de Justo Ramón Zayas, arquero guaraní proveniente de Libertad de Asunción , Paraguay.
Aquel 18 de septiembre de 1966 no nos alcanzaron los insultos para nominarlo entre los peores del puesto.
A punto de derrotar al famoso equipo de José con gol del mono Obberti, bastaron -en pocos minutos- dos corners y dos inocentes cabezazos del Panadero Díaz para pasar a perder 2 a 1.
No era que la pelota no doblaba en el Ducó.
Zayas – mucho tereré mediante- sólo utilizaba sus manos para sostener sus pantalones. Por las dudas.
En los últimos minutos, Tedesco, extremo muy veloz, logró redimirlo consiguiendo el empate ante quien, poco tiempo después, se convertiría en campeón del mundo.
Con la “conducta” de siempre, pocos años después, nuestros dirigentes contrataban a su
Arquero: Agustín Cejas.


(1) como se conocen a los integrantes del equipo nacional de rugby de Australia.