martes, 14 de junio de 2011

Sí, ya llegó La Historia de Los Martes

Nuestro querido Marcial Sarrías, cansado del actual momento del Globo, decidió marcharse lejos de Parque Patricios para tomar un respiro. No tendremos la suerte de leer su historia, pero Roberto Pipa Malde lo reemplazará con gusto y estilo propio…¡ A PRESTARLE ATENCIÓN!
Feos eran los de antes
No solo en lo futbolístico se destacaron los jugadores de Huracán. Muchos de ellos también hicieron delirar a la platea femenina con sus atributos: Miguel con esos ojos mezcla de Alain Delon y Rodolfo Bebán, el hoy vapuleado Inglés con sus rizos dorados o el Bambinobelleza total. Pero no siempre fue así.
En los albores de los 60´apareció Emilio Melón (hasta su nombre era raro…): un wing izquierdo terror de los half derechos, pero no por su remate furibundo o sus gambetas endiabladas, nada de eso. Aterrorizaba con la cara. Pobres los marcadores que tenían que mirarlo de frente los 90 minutos, ya que en ese entonces, los cambios no existían.
Infortunados…En el año 1965 recala en el Palacio como integrante de una troupe que llegaba de Boedo a cambio de Toscano Rendo, Manuel Tito Gómez. El hábil volante era oriundo de Tucumán. Cuenta la leyenda que cuando nació hubo un cónclave entre médicos argentinos y americanos para determinar que era. “Is a Human Being” (es un ser humano), exclamaron al unísono los clínicos estadounidenses. Pobre angelito negro.

Pero lo peor, como es histórico en Huracán, estaba por venir.
Allá por el año 1977 proveniente de Talleres de Escalada, llegó Miguel Gallardo que de gallardo no tenía nada. No sé porque la naturaleza se había ensañado tanto con él. ¡Mama Mía!. Gracias a su discutido look, el pelo largo ayudaba a esconderle parte de la cara para beneficio propio y de todos los Quemeros que empezábamos a extrañar la preciosidad y elegancia que nos había regalado aquel
maravilloso equipo de 1976.Comparado con Gallardo, Denis Stracqualursi es un modelo parisíno…


Bromas aparte, quiero aprovechar éste espacio y mandarle un cálido abrazo al arquitecto Marcial José Sarrías que gentilmente me cedió su espacio. Recuerdo la última vez que nos vimos: iba caminando una tarde/noche otoñal por Esmeralda y Diagonal cuando de repente lo vi acompañado por su compañera de toda la vida, Pierina, probándose en Thompson & Williams, una polera de morley marrón con rayas horizontales blancas, verdes y azules que le quedaba pintada al cuerpo.
Vaya para él,
un afectuoso saludo…
Gracias por leerme y
¡¡¡Vamos Globo!!!
Roberto Pipa Malde, Quemero de Santa Teresita.