martes, 11 de junio de 2013

Goles Son Amores y... Desamores...

¿Nasıl bu boşluğu dolduracak?

Sentado a mi derecha está Juan Rey, gorro polo, rulos largos y saco jujeño que realza su andar intelecto-hippesco.
A su lado, su viejo, gorro polo, pelo corto, aire de intelectual también.
Un escalón más arriba Juancho, Leo y Lautaro.
Los locos de la Bonavena, según bautismo de Roberto Rey Arlt.
Todos con frío.
Le digo al padre de Juan: ¿Es como el vacío, no?
Me contesta: El vacío es la ausencia absoluta de materia. Eximio profesional, parece.
Irónicamente remato: ausencia de materia gris… tiene este equipo.

Y continué. El vacío es también un corte de carne “tierno”, “blandito”, ideal para el que tiene problemas de comedor, copiando palabras del intelecto hippista de Juan.
Al principio parecía que la carne era fresca: color rojo brillante, buen contenido de músculo.
Volviendo al vacío- no a su concepto físico-  mi amigo Marcelo- turco también- hubiera determinado que es un corte ubicado en la región lateral del cuarto trasero de la res, entre las costillas falsas y los huecos de las caderas.
Gran asador, como su padre Alberto, agregaría que cuando se asa a la parrilla se le deja un cuerito o membrana que lo recubra.
Así llegó el gol de Defensa: un pase al “vacío” de un “enganche” que el Globo añora, el cuarto trasero de la res Huracán falló, el delantero del Halcón pasó entre los huecos de las costillas falsas (Ferrero y Erramuspe) que tienen grandes huecos en sus prominentes caderas (Ferrero especialmente) y la última membrana que recubría el vacío, esta vez no pudo cubrir adecuadamente. Gol.
El eximio profesional volvió a la carga.
“El vacío es la nada, o sea, la ausencia de todo”
Habló luego de Torricelli, Pascal, Lavoisier, Avogadro… vacío cuántico…
No los encontré en los distintos planteles de Huracán.
El frío dijo basta.
Nos fuimos como siempre.
Hasta la próxima.

¡Aaahhh! Me olvidaba… la traducción del título: ¿Cómo haré para llenar este vacío?
Firmado: Antonio Mohamed.





Arq.Marcial Sarrías, para Revolución Quemera