lunes, 11 de agosto de 2014

#GolesSonAmores

Día del niño

Pantalón cortito
Bolsita de los recuerdos…

Con cinco medias hicimos la pelota
Y aquella misma siesta
Perdimos por un gol…

Chiquillada- Leonardo Favio


Un sábado 9 de agosto cualquiera.
Faltaba poco para el día del Niño.Un Domingo.
Todas las tardes de aquel invierno iba a verlos.
Braezas, creo que se llamaba la casa de deportes contigua a la sede.
El abuelo era el único que podría comprarlos.
Había que esperar o seguir esperando.
La caja contenedora. Como una pecera o un “blister” gigante atesoraba mi sueño.
Negros, con la marca Fulvence, tres tiras en v en los laterales, industria argentina alicaída que presagiaba la entrada de la marca alemana… Como los de Marchesse, el goleador.
En la Sede: los del hockey sobre patines: el arquero, el gordo Peña, los hermanos Ziccardi, el Gallego González eran la excusa perfecta para que luego de admirarlos la “ñata contra el vidrio” empañara la vidriera de Braezas.
Aquella tarde me animé a preguntar el precio.
Me resisto a la aridez del olvido.
Los Fulvence dejaron dejaron surcos en el “triángulo” de Pepirí o frente al “Fernet Branca”.
Siempre postergando al “Estanciero”, el “Meccano” o los “Ladrillitos”.
Estos últimos vendrían- de barro cocido- con la profesión.
Un sábado 9 de agosto cualquiera.
Falta poco para el Día del Niño.
El niño que fui, que soy, que seré.
El que ya sin Fulvences se sorprende con el colorido de los del Pato Toranzo.
Ese Toranzo que maneja –como Griesa- el default corto o largo.
Ese Toranzo que coloca pases dólares blue a pesar del cepo cambiario azul celeste para que se filtren Espinoza,Milla o el Pity
Del “Viejo Almacén” de Domínguez y Arano al nuevo mini súper de Sotelo y el Pity.
La camiseta blanca parece Unen. Por ahora todos tiran para el mismo lado.
Kudelka-Binner, en silencio, arman su política: presión, toque, velocidad, precisión.
La camiseta blanca no tiene ni el naranja publicitario de la lluvia de afiches de Scioli. Que suerte.
El azul celeste de Temperley no sale a buscar un “waiver” con los bonistas de Huracán y así anticipa la cláusula Rufo de la goleada.
Pero estas palabras de adulto no empañan la alegría del niño que soy.
El Pity Martínez juega con botines negros… casi como mis Fulvence.



Arq. Marcial Sarrías para Revolución Quemera