Huracán, este equipo, nosotros, su gente,
sería – en cualquier ámbito artístico: la plástica, la literatura, el cine, el
teatro o los nuevos formatos-, tema suficiente para ser best-seller o una obra
maestra.
Podría ser tragedia o comedia.
Lástima no ser buen escritor para narrar
fehacientemente lo vivido en el Ducó, el miércoles, casi a la noche en una nueva y
preocupante derrota.
O tal vez eximio artista para pintar con
crudo realismo las situaciones que percibí.
Tan sólo voy – modestamente- a contarlas.
Empiezo por el final.
El
partido concluido. La derrota decretada.
Los hirientes insultos de siempre que se
descargan contra un equipo para “que
ponga huevos”… para “que vaya para adelante”…
El
partido concluido. La derrota decretada.
Un grupo de jóvenes- de regreso por Av.
Jujuy- comienza a entonar voces de aliento: “Yo soy quemero porque el mundo me
hizo así, no puedo cambiaaar”.
El
cartonero en Puerto Madero.
El
Audi manejado por un sin techo.
La
contradicción.
La
tristeza versus la alegría.
La
decepción versus la esperanza.
Mirá si lo hubiera visto Campanella o
Tornatore…
Si lo hubiera pintado Berni o Picasso…
Ahora el partido.
Desde una versión con la que seguramente no
coincidirá la mirada de otros…quizás de la mayoría.
Huracán
no jugó mal en ese primer tiempo.
Lateralizó, mandó a sus marcadores de punta
al ataque, desbordó con sus dos “wines”, disparó desde afuera en varias oportunidades, controló el medio y
jugó en campo rival.
Se equivocó Domínguez –muy bajo en su
nivel- en dos oportunidades, en una, al ceder –literalmente- un pase a un rival
para que anote y en la otra cometiendo un foul innecesario que a la postre
terminaría en gol.
Y
Huracán perdía dos a cero.
El orangután Díaz no estaba en el arco para
impedirlo.
El arlequín Marinelli no los pudo impedir.
Nada despectivo, sólo una apreciación
visual.
Lastimado Mandarino, Huracán parece no
contar con relevos en ese sector.
Y comenzó el 2º tiempo. Se perdía dos a
cero.
Y este frustrado y fallido comentarista diría…”
Kudelka quema las naves…”.
Y otra vez esa maldita línea de tres…que no
es aprovechada por el mediocre equipo de la “mutual” Crucero del Norte. Sí, los
de la “mutual” con camiseta y pantalones multicolores casi circenses.
Y poner otro nueve, ahora son dos, que no
arrimaron peligro en 90’ .
Y luego poner el cambio de siempre…Torassa,
que tampoco desborda, ni patea ni nada…
Pero… la verdad es que se juega en campo
rival.
21 jugadores en media parcela.
Tocando, tirando centros, por arriba, por
abajo, con innumerables córners desaprovechados, con cabezazos siempre
fallidos, con definiciones débiles o intentos individuales siempre erráticos,
con buenas contenciones del arquero…con más córners a favor…
Y se pierde 2 a 0… y un señor muy mayor
repetirá “Huracán resucita a los muertos…”.
Y habrá que poner más “huevo…”.
O
habrá que poner más juego.
O habrá que poner a Guanchope.
O será la solución Mandarino
(¡?)
¿Hará los goles Díaz?
¿Se serenarán Espinosa y el Pity?
¿Putearemos o cantaremos?
Sólo sé una cosa.
Como
señor mayor digo: esto es Huracán.
¡A
sufrir señores!
Arq. Marcial Sarrías para
Revolución Quemera.