miércoles, 16 de diciembre de 2015

Mi Balance

Tiempo de sacar conclusiones. Me toca analizar el año de Huracán. Tal vez, en paralelo, cuente anécdotas personales. Un 2014 muy emocionante. Un 2015 vibrante. Muchas emociones. Las comparto...
¿Quién pensaba en positivo cuando Sportivo Belgrano nos goleó de local y Huracán quedaba muy lejos del ascenso más accesible de la historia? Nadie. Pocos soñaban. Sin dudas, el peor cumpleaños de la historia de nuestro club. Luego de esa vergüenza, Kudelka, un tipo que nos hizo muy bien, se tuvo que ir. Nadur, junto a Mendelovich, decidieron que Apuzzo descomprima la cosa. Al plantel le hizo bárbaro y comenzaron una senda tan exitosa como asombrosa. En ese entonces, al Globo le iba fenómeno en la Copa Argentina. "Juegan cuando hay plata", se escuchaba en la tribuna. No se entendía la ciclotimia del equipo. O tal vez sí.
"No me interesa esa Copa. Quiero ascender", era el  grito del hincha. Todos estábamos confundidos.
Por el ascenso, metimos un triunfazo en Tucumán y de local éramos infalibles. Quedaba un lugar y era para Atlético o para nosotros. En paralelo, Marcos Díaz atajaba penales como yo tomo mate en mi laburo. Eliminábamos a Banfield y Estudiantes. Nos tocaba Atlético Rafalea, en semi. Me fui a Formosa. Sólo. La pasé genial. Conocí una capital muy linda, ordenada. Tal vez, por estos lados, llegan otras noticias. Me sorprendió para bien. Ganamos 2-0. Me volví en avión con el plantel. Había confianza.
Contra Unión, en el Nacional B , llegó otro mazazo. Se me casó un amigo y no lo vi. Perdimos 1-2, en el Ducó, contra el mejor del torneo. Otra vez los murmullos: "Si no se sacan la foto con el cheque..no juegan". En las redes sociales, pocos hinchas querían ganar la Copa. Todos querían el ascenso. En ese entonces, en la cuenta de Revolución Quemera, expliqué que para ascender, era fundamental ganarle a Rosario Central en el decisivo. El fútbol es 95% de confianza. Como la vida.
Viajé a San Juan dos días antes de la final. Recorrí su plaza principal. Su centro. Los Canallas salían por debajo de las baldosas. Los Quemeros, en su gran mayoría, hacían base en Mendoza. La verdad, fuimos pocos. Pocos tuvimos fe. Caminamos como 3 km, bajo el sol, con mi primo Laucha en la Ruta 40. En la tribuna, mis amigos: Brian, Pancho, Ariel, Luís, Sabrina  y dos ingleses que uno era socio y, el otro, no hablaba una palabra en español, apenas conocía a Huracán. Llegó a San Juan a dedo, en bicicleta y sin entrada. Cuando atajó el penal Marcos, festejó con nosotros cómo si hubiera nacido en AV. Caseros y Rioja. Esa noche, 26/11/2014, decidí darle poca importancia al Registro de la personas y a los padres de nuestro arquero. Para mi, desde esa noche, el uno se llama Marcos Dios. Después de 41 años, Huracán gritó campeón. No me lo olvido nunca más. Y si algún día me olvido, por las dudas, me tatué la fecha en la espalda. Desde el estadio, llamé a dos personas muy importantes: mi papá y Leo. Lo festejé con ellos también. Al otro día del logro visité el Museo de Sarmiento. Mecharon del lugar pro gritar "Dale Campeón" en el patio del prócer. Me fui feliz.   

El ascenso llegó en Mendoza. Sin gente. Con un Mancinelli que nos dio vida, con la sonrisa del Kaku y las definiciones de Wanchope y Torassa. Volvimos a Primera, campeones y con la posibilidad de jugar Copa Libertadores.
Apuzzo se quedó y comenzaron los primeros errores. La rompimos en Lima y pasamos de fase. Llegaron pocos jugadores de jerarquía. La base de Kudelka era lo mejor del plantel. Viajé con mi amigo Brian a Belo Horizonte. Me pasaron dos cosas hermosas: ver a mi equipo fuera del país y conocer a Agustin Duran (hermano de Miguelito). Cuando Huracán pisó el campo me puse a llorar. Festejé el empate, claro. Una experiencia hermosa.
En el torneo local, perdíamos con San Lorenzo y el comienzo era pobre. Huracán era el peor equipo en lo físico. En paralelo, definíamos el pase a Octavos en Venezuela. Un papelón. El equipo perdió muy mal. dejó dudas y otra vez la empatía con la gente se caía. Para colmo, pocos días después, definíamos con River  para ver quién iba a ser el Super Campeón argentino. Fui con Brian. Los dos sólos. Una fiera mi amigo. 
Otra vez fuimos pocos. Ganamos, festejamos, otra vez campeones y pase a la Sudamericana. Agustín me abraza, me mira y me dice: "Juancito en esta provincia de miérda se murió Miguel pero mirá que linda alegría para todos nosotros, los Quemeros". También me abracé con mi querida Pato Demichele. Nos emocionamos.

Nuevamente hicimos mal las cosas en el mercado de pases de invierno, físicamente fuimos un desastre, Apuzzo se tuvo que ir y Dominguez, el que alzó la copa dos veces, se puso el traje de entrenador y aceptó el desafío. En la tribuna, se repetían viejas frases: "No me interesa la Sudamericana" "Quiero quedarme en Primera" "Juegan dónde hay dólares". 
Le ganamos a San Lorenzo, empatamos mucho y dependimos de un amistoso empate con Belgrano para quedarnos en NUESTRA CATEGORÍA. 
Por la Copa, viaje con mi viejo a Uruguay, sufrimos y lloramos todos juntos cuando empatamos y pasamos a Semis. Le ganamos la serie a River con angustia en los últimos minutos. Sí. Nos metimos en nuestra primera final de una Copa Internacional.
El rival era superior en lo físico. Empatamos en el Ducó. Jamás dudamos en ir a Bogotá. Fuimos 7 amigos: Brian, Leo, Agustín, Polaco, Nico, Franco y el Tano, su viejo. Acá nos daban fuerzas Ariel, Sabrina, Mati, Pancho y Hernán.  Allá nos esperó Henry. Nos prestó su departamento. La pasamos muy bien. El día anterior, decoramos un bar y parecía Parque Patricios. Conocimos gente muy linda. El miércoles, llegando al estadio, no nos trataron bien. Cantamos mucho. Lloramos también. Nos dolió claro. No se pudo.

Los aburrí con un texto largo. Nos hemos encontrado con historias hermosas que, ojalá, las volvamos a repetir. Hacía mucho que no escribía. Dependerá del hincha tener un club más unido, serio y competitivo. No perdamos más tiempo en pelarnos entre nosotros. Exijamos y acompañemos. Seamos socios y si ya lo somos, seamos más Quemeros. Quiero agradecer a cada uno de mis amigos y familia que me bancan todo esto. Quiero agradecer a ustedes que nos leen y nos dan fuerzas. No es fácil ser medio partidario pero es un lindo desafío. Confiamos en el 2016. Esto continuará. Claro que continuará...

Juan Manuel Penalba
@JuanchoPenalba