Los asaltos pasan y Huracán sigue recibiendo golpes. Lejos de esquivarlos, la ilusión de noquear al rival están, pero cuando está por sonar la campana final, un cross de derecha nos apunta a la cara de todos nosotros y quedamos, una vez más, en la lona. Lo cierto es que un minuto y monedas separaban al Globo de un empate en Córdoba. Si era por puntos, el conjunto de Llop era favorito en las tarjetas. Pero Dominguez pidió feo, la suerte está lejos de acompañarnos e Instituto, a nada del desenlace, nos dejó de rodillas en su casa.
¿Merecía perder Huracán? No, pero perdió. Tal vez no se animó a ganarlo en los últimos minutos y le faltó esa contundencia en los metros finales. Tuvo sus chances el conjunto Quemero que mostró otras ganas y se adelantó mucho más en el terreno que cuando lo hacía con Rivoira.
Barrientos jugó su mejor partido desde que volvió al club, Sácnhez Prette no desentonó, Battaglia le costó acomodarse en el terreno pero fue más que en fechas pasada y Martinez es una maravilla al comienzo pero termina las jugadas como terminó la cara de Chávez en esa inolvidable pelea: mal, muy mal.
La defensa estuvo bien, los laterales se proyectaron, Mancinelli no fue dúctil con la pelota pero sí en la marca. El capitán venía bien pero un nuevo error suyo derivó en la quinta derrota de Huracán en el torneo. Un equipo de presupuesto alto que peleará el descenso y está a 11 puntos del líder en apenas 7 fechas jugadas.
Arriba, Vega aporta sacrificio pero los delanteros tienen que hacer goles. Quintana es pesado, molesto y creo que su laburo lo hizo bien: de espaldas abrió caminos y Chiarini le tapó muy bien un cabezazo que, en tiempos donde los dinosaurios se descargan con nosotros, pudo haber sido el primer grito de la tarde.
Habrá que seguir trabajando, continuar con los ENTRENAMIENTOS EN DOS TURNOS, apoyar desde afuera y ENTRE TODOS JUNTOS salir de este momento espantoso. Por segundo año consecutivo, Huracán pelea descensos...
Juan Manuel Penalba
@JuanchoPenalba
