Si bien es cierto que los técnicos, jugadores y dirigentes “pasan” y los hinchas somos los que permanecemos, no podemos tomar sus salidas con naturalidad. Decir eso con orgullo y en señal de reclamo ahora que estamos nuevamente sin entrenador, puede provocar que la partida de un DT, en este caso Mohamed, se tome a la ligera y si eso sucede, se instala la actual costumbre de que los entrenadores no pueden permanecer más de seis meses en Huracán (por el motivo que sea).
El Turco se fue y volvieron a aparecer las divisiones que creíamos podían solventarse con su regreso. Nuevamente aparecen los antimohamed, refregando su ansiado “Te lo dije”, y los que lo bancan cueste lo que cueste. Los dirigentes, dolidos por el costo político que implica tener que contratar un sexto entrenador en apenas dos años y medio, aseguran que trajeron todo lo que Mohamed les pidió y que pese a eso, Tony se fue en la décima fecha. Sin embargo, como dijo Juancho Penalba en su nota (“Se fue Mohamed”http://revolucionquemera.
Pareciera que desde su experiencia al mando del club, no. La dirigencia tendría que haber aprendido, luego de cinco mercados de pases, que hay puestos claves en los que se necesita jerarquía para pelear el campeonato (Arraya, Díaz y Caruso no parecen ser suficientes para lograr el ascenso), y otros que ya estaban cubiertos (Milano, Defederico, Martínez, Bustos y Villafanez son jugadores de características similares). Debían saber también que en el fútbol si los resultados no se dan el fusible es el técnico. Algunos pueden tener un poco más de crédito que otros. De hecho, Mohamed lo tuvo. Pero a la larga, si no hay respuesta del equipo, el técnico pega el portazo. Se llame como se llame.
Brian Pécora
@B_Peco
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