INCOHERENCIA
La
coherencia textual es la propiedad de los textos bien formados (escritos) que
permite concebirlos como una unidad.
Es
lo que nunca he podido conseguir al escribir las Historias de los martes o Goles son Amores y…desamores.
Es
que durante la semana se agolpan en mi mente hechos, situaciones, noticias y
recuerdos que se entremezclan y no alcanzo a ordenar literariamente.
Ni
siquiera a priorizar o descartar para cumplir mi rol de ”escribidor” (ya no escritor) de Revolución Quemera.
Este
texto no será la excepción.
Esta
semana había pensado en los hechos de violencia, -cotidianos últimamente-,
entre barras bravas y nuestros jugadores.
Como
suele ocurrir, me anoté algunas impresiones.
“No
sé quienes son, quienes fueron” (los agresores).” Es muy feo (¿?) que pase
esto”. (Textual de nuestro Presidente
Sr. Nadur.)
“Si
entraron es porque son socios” (¡¡¡¡¡)
“Huracán
tiene once mil. No los puedo conocer a todos”.
En
simultáneo con estos dichos, Gustavo Gravia, periodista de Olè signaba a los
agresores como el Cone De Respinis, el Narigón Pablo, el Bocón Emigliano y el
rubio Abel.
Una
línea de cuatro completa.
¿Serán
socios?
¿Jugarán
ellos el resto del campeonato?
¿Serán
mejores que Pozo, Capurro, Velásquez y Díaz? (los agredidos)
El título lo tenía:
Maldita impunidad, maldita
corrupción, pero más malditos sean aún sus cómplices.
El
segundo tema que sobrevoló fue el desinterés.
Según
el diccionario sinonima con falta de interés y de ilusión, con abandono.
Es
raro que en mis casi sesenta años haya golpeado mi puerta (o tocado el timbre…perdón
el portero visor) esta situación.
En
coyunturas extremas, el nacimiento de mi hija, algún cumpleaños de mi mujer, exámenes
de facultad… siempre he encontrado algún resquicio para informarme acerca del
partido o resultado en el que participaba mi Huracán.
Tal
vez un taxista, un quiosco de diarios, un portero y su radio, algún negocio de
venta de electrodomésticos… el celular de un amigo…en fin alternativas siempre había.
Este
domingo no.
Era
como imaginar lo obvio.
Huracán
perdería.
La
ley del ex se cumpliría con el rito del gol.
El
debut de nuestro técnico sería la excepción a la regla…técnico que debuta…en
Huracán…pierde.
Habría
un penal en contra.
Como
casi siempre, en Tucumán… Huracán perdería… y perdió.
¿Cómo podrá interesarme lo que sigue…
lo que falta?
La
tercera propuesta fue la que más me interesó y por eso remata el nuevo relato.
Debo
volver a la naftalina.
En
octubre/noviembre de hace treinta años se comenzaba a vivir una euforia política
tras años de dictadura.
En
enero del ‘83 había muerto Arturo Illia, un histórico radical paradigma de
honestidad.
Se
comenzaba a ganar la calle.
Ya
no era el “lo dice el tío…lo dice Perón…hacète del Globo que sale campeón”,
como en el ’73.
Aquel
mediocre Huracán oscilaba en los puestos intermedios de la mano del Turco García,
Morresi, Vidallè y Angelletti…
El
27 de octubre del ‘83, al pie del obelisco, Raúl Alfonsín concluía su discurso
con el Preámbulo de la Constitución Nacional.
Asumiría
finalmente ante la alegría popular.
Era
muy grande la esperanza de todo un pueblo en revertir la pesada herencia…
“Se
va acabar, se va acabar…la dictadura militar”
No
había desinterés… era una época de ilusión…
La que he perdido con Huracán.
Arq.
Marcial Sarrías
para Revolución Quemera.