martes, 22 de octubre de 2013

Historia de los Martes

INCOHERENCIA

La coherencia textual es la propiedad de los textos bien formados (escritos) que permite concebirlos como una unidad.
Es lo que nunca he podido conseguir al escribir las Historias de los martes o Goles son Amores y…desamores.
Es que durante la semana se agolpan en mi mente hechos, situaciones, noticias y recuerdos que se entremezclan y no alcanzo a ordenar literariamente.
Ni siquiera a priorizar o descartar para cumplir mi rol de  ”escribidor” (ya no escritor) de Revolución Quemera.
Este texto no será la excepción.
Esta semana había pensado en los hechos de violencia, -cotidianos últimamente-, entre barras bravas y nuestros jugadores.
Como suele ocurrir, me anoté algunas impresiones.
“No sé quienes son, quienes fueron” (los agresores).” Es muy feo (¿?) que pase esto”.   (Textual de nuestro Presidente Sr. Nadur.)
“Si entraron es porque son socios” (¡¡¡¡¡)
“Huracán tiene once mil. No los puedo conocer a todos”.
En simultáneo con estos dichos, Gustavo Gravia, periodista de Olè signaba a los agresores como el Cone De Respinis, el Narigón Pablo, el Bocón Emigliano y el rubio Abel.
Una línea de cuatro completa.
¿Serán socios?
¿Jugarán ellos el resto del campeonato?
¿Serán mejores que Pozo, Capurro, Velásquez y Díaz? (los agredidos)

El título lo tenía:
Maldita impunidad, maldita corrupción, pero más malditos sean aún sus cómplices.

El segundo tema que sobrevoló fue el desinterés.
Según el diccionario sinonima con falta de interés y de ilusión, con abandono.
Es raro que en mis casi sesenta años haya golpeado mi puerta (o tocado el timbre…perdón el portero visor) esta situación.
En coyunturas extremas, el nacimiento de mi hija, algún cumpleaños de mi mujer, exámenes de facultad… siempre he encontrado algún resquicio para informarme acerca del partido o resultado en el que participaba mi Huracán.
Tal vez un taxista, un quiosco de diarios, un portero y su radio, algún negocio de venta de electrodomésticos… el celular de un amigo…en fin alternativas siempre había.
Este domingo no.
Era como imaginar lo obvio.
Huracán perdería.
La ley del ex se cumpliría con el rito del gol.
El debut de nuestro técnico sería la excepción a la regla…técnico que debuta…en Huracán…pierde.
Habría un penal en contra.
Como casi siempre, en Tucumán… Huracán perdería… y perdió.

¿Cómo podrá interesarme lo que sigue… lo que falta?
La tercera propuesta fue la que más me interesó y por eso remata el nuevo relato.
Debo volver a la naftalina.
En octubre/noviembre de hace treinta años se comenzaba a vivir una euforia política tras años de dictadura.
En enero del ‘83 había muerto Arturo Illia, un histórico radical paradigma de honestidad.
Se comenzaba a ganar la calle.
Ya no era el “lo dice el tío…lo dice Perón…hacète del Globo que sale campeón”, como en el ’73.
Aquel mediocre Huracán oscilaba en los puestos intermedios de la mano del Turco García, Morresi, Vidallè y Angelletti…
El 27 de octubre del ‘83, al pie del obelisco, Raúl Alfonsín concluía su discurso con el Preámbulo de la Constitución Nacional.
Asumiría finalmente ante la alegría popular.
Era muy grande la esperanza de todo un pueblo en revertir la pesada herencia…

“Se va acabar, se va acabar…la dictadura militar”

No había desinterés… era una época de ilusión…

La que he perdido con Huracán.


Arq. Marcial Sarrías para Revolución Quemera.