miércoles, 13 de noviembre de 2013

La Previa, por Juan Rey

"La Tribuna Bonavena"

La tribuna Bonavena ve, escucha, siente, late y habla. Los técnicos de la construcción dicen que es apenas un bloque macizo de Hormigón Armado. Que la matriz de cemento le provee la resistencia frente a esfuerzos de compresión, y el hierro, por su cualidad de material metálico, la hace resistente a tracción. Nosotros sabemos que no es así.
            Hace un poco menos de un siglo que está allí, erguida y desafiante (como aquel a quien debe su nombre) en el mismo lugar, en la esquina de Alcorta y Luna. Hace poco menos de un siglo que es testigo, fin de semana por medio, de nuestras alegrías y frustraciones. Que se emociona con nosotros, que llora cuando la situación así lo amerita, que se banca la lluvia, el viento, el frío, el calor. Que observa, sigilosa, con sus hermosos ojos verdes lo que ocurre en nuestro interior. 
            Escucha los reclamos y comparte algunos de ellos, sin entender otros. Es que por el contexto histórico en el que fue concebida y producto de quien fueron sus maestros, se encuentra sumida en una crisis de identidad. Piensa que es anacrónica, atemporal. Sufre su estadía en esta realidad, tan distinta a la que la vio crecer. Sus valores son los mismos de siempre, ya los tiene marcados a fuego y no va a cambiarlos, pero difieren tanto de los reinantes en la sociedad actual que la depresión recorre sus entrañas. No puede hacer nada más que soñar. Por su naturaleza ella va a seguir estando, siempre ahí, firme. Extraña sus épocas de gloria, cuando era la más linda de todas, cuando salía en las tapas de diarios y revistas, provocando envidia de extraños y orgullo de propios. Pero no está a su alcance que vuelvan. No depende de ella. No puede hacer nada más que soñar.
            La tribuna Bonavena habla. Dicen que todas las semanas alberga a uno de sus hijos predilectos. Dicen que se llama Manuel, y que es no vidente. Que entra al Palacio como cualquier otro, sin bastón ni lazarillo. Dicen que jamás se tropezó, que siempre encuentra el camino adecuado, y que sigue los partidos como si los estuviera viendo. Es ella, ella me relata, me cuenta, me informa” sostiene Manuel. Afirma que logra emocionarse como si pudiera ver los partidos con la más alta definición, que entre los susurros encuentra la magia y la poesía.
            La tribuna Bonavena recuerda. Hace más de cincuenta años que inspira tatuajes y remeras. Hace más de cincuenta años que en sus escalones se realizan promesas de amor eterno, que en ellos se vierten lágrimas de desconsuelo y se escriben historias de sentimiento y pasión. Hace más de cincuenta años que recibe a parejas de jóvenes que se besan apasionadamente sobre ella, y tiene un lugar especial en su memoria para aquel adolescente inexperto que intentando demostrar con fervor sus sentimientos, le incrustó el tabique en el ojo a su amada.
            La tribuna Bonavena se sonríe ante tu llegada, espera ansiosa tu regreso, tus caricias, tus palabras.
Juan Rey


Queremos agradecer a Leo Pirillo por estos nuevos dibujos de la página. Se vienen más.