jueves, 2 de enero de 2014

"Somos lo que somos, lo que queremos ser”


El equipo de Revolución Quemera me pidió que escriba un cierre 2013. Recordé cómo pasé mi regreso a Huracán, aunque siempre estuve, pero viví un tiempo afuera. Nací y me crié en la placita José C. Paz. Mi hermano jugó acá, el club lo contuvo cuando éramos chicos y siempre estaré agradecida. Mis amigos de toda la vida, mis alegrías y tristezas, las viví acá. Siempre supe que cuando pudiera, iba a tratar de ayudar. Esta historia empieza así:

Una mañana de abril, con un calor arrasador en Tijuana el turco estaba como siempre, listo para el desayuno y para entrenar. Ya había salido campeón local y quería la Copa Libertadores. Enfocado en llevar al máximo a un equipo ignoto, cuyo dueño tenía 29 años. Luego de quedar afuera contra el campeón Mineiro, triste pero satisfecho, ya había comprado su última valija, estaba volviendo a casa con su familia. Su felicidad tenía fecha: el 6 de junio sería Director Técnico del club de sus amores. Cualquiera que lo haya visto ese día con los ojos luminosos diciendo: Estoy donde quiero estar, no puede haber sentido otra cosa que un pellizco en el corazón. El capítulo fútbol no terminó bien; pero es impensable que haya venido a hacerle mal al club que tiene un polideportivo con el nombre de su hijo que lo cuida desde el cielo, donde está su familia. Irse en el momento adecuado es quedarse para siempre. A veces cuidar a lo que más queremos de uno mismo, es el más puro acto de amor.

Un frío sábado de agosto, fui a un entrenamiento cámara en mano a relevar material para mi libro junto a otros periodistas. Chapu de Marketing me recibió con una calidez increíble, como si me conociera de toda la vida. Fernando, el Secretario General, me invitó a una reunión. 3 días después llegué a la Sede, hablé con el Presidente y luego de escucharnos, me salió del alma: Voy a estar acá para ayudar. Entre todos vamos a poner a Huracán en el lugar más alto. En esa reunión conocí a muchos. Descubrí gente comprometida que sabe que lo único importante es lo que somos. Y lo que somos, nada tiene que ver con lo que tenemos. Jamás me import Anibal,, problemas con su hijo.almente quisieran lo mejor para el Club.s que amlegu mujercielo. El club en el que deburts cosasó si eran oficialistas u opositores.  Lo único que me interesaba es que realmente quisieran lo mejor para el Club que amo y creo que es muy bueno disentir. El 8 de agosto se firmó el contrato con el Banco Ciudad. Hernán, tesorero del club, corría para llegar a AFA a inscribir al último refuerzo que pidió el DT.

Llegaron las 11 estrellas, los terrenos del gas, la condonación de la deuda de ABL, la renovación de la quemita, los vestuarios de hockey, las canchas de césped sintético, las redes, el paredón, un programa de socios incluyendo grupos familiares, posicionamiento internacional, tecnología, el plan para volver al lugar que nos corresponde. Salió la camiseta de Francisco con el número 1 y la del Padre Pepe, la 10, jugador de toda la cancha: luchó contra el flagelo del paco en la villa 21 hasta que fue trasladado. Pero volvió. Los buenos siempre vuelven. Huracán somos todos y los socios queremos respeto, paz, no violencia y volver a los valores de cuando éramos chicos.
  
El primer día de Octubre, cuando la primavera se negaba a asomar, el que salió por la puerta grande Azteca, aquí en su casa cayó bajo el puñal nadie es profeta en su tierra. Caminé incontables cuadras llorando con mi hermano cuidándome. Como a vos, me gobernaba la tristeza, la impotencia de no entender por qué nos pasaba eso.  

Huracán te atraviesa, plagado de historias mínimas que son las máximas: es Lucas, quien con su mamá cuida el baño de damas en la platea y me hizo una pulserita; quienes no lo ven con el corazón, creen que tiene una discapacidad; pobres ellos, es uno de los seres más capaces de amar que he conocido. Es Lauti, el nietito de R. Martínez, que un día me vio triste y dijo: -¿Te puedo dar un beso, Mar?; es un jugador que hace un gol y mira hacia arriba dedicándoselo a su papá en el cielo y una madre que cuenta que su hijo lleva 3 meses limpio, progresa mientras lloramos juntas.

Llegamos a Diciembre, hubo elecciones de asambleístas. Gano Huracán porque los socios participaron, aunque poco. Con Gustavo Mendelovich, un independiente que consiguió los Terrenos del Gas, 12.000 metros cuadrados para escuela, polideportivo y estacionamientos, cuando nos conocimos supimos que éramos gente de trabajo, de gestión, que quiere unir. Nuestros esposos también se llevaron genial desde el primer día y así empezamos a conseguir un imposible tras otro. Me repetía: Sos distinta. Vos sos distinta. Creo que todos somos distintos. Todos podemos hacer la diferencia. Sólo hay que vencer el miedo.

¿Cómo tanta ilusión puede terminar con tristeza? Recordé a los hermanos Wright, Wilbur y Orville, pioneros de aviación. ¿Sabías que eran fabricantes de bicicletas? Antes de poder volar, cayeron muchas veces. Casi se matan. Con esfuerzo, constancia y mucha fe, lo lograron.

Tenemos algo único: barrio, amor y fuerza inagotables. Gente con ganas de honrar estos 105 años y celebrar cada pequeño gran logro. Un gran entrenador y mejor persona, Frank Darío Kudelka, que terminó la primera parte del torneo a puro esfuerzo. Tenemos la bicicleta, nos falta volar.

"Somos lo que somos, lo que queremos ser, le digo a Juancho Peñalba, periodista y actor. Hacete socio, regalá a tu gente el carnet de Huracán para Navidad. Vos podés sumar unidad y socios comprometidos. Sos ese 5 que raspa y corta en el medio de la cancha; un aporte silencioso, humilde, preciso y decidido a hacer que las cosas sucedan. Todos podemos ser el mejor 5 de esta historia.

Lo más importante que Huracán tiene es a Vos.
Ningún vuelo es fácil. Menos aún el vuelo a la gloria.
¡Feliz Navidad y un mejor 2014!  Gracias por tanto Amor. 

Mar, @marinamendez