Hay una imagen del partido que me gustó más que otras: en el tercer tanto, Ábila, tras recibir la segunda asistencia de Espinoza, se fue a la zona de bancos a festejar a sus compañeros. Mancinelli, atinado capitán del equipo, fue corriendo de su cueva a felicitar, con un fuerte abrazo, al delantero juvenil por su generosidad. Luego, el Pelado lo miró a Wanchope, le señaló a Espinoza y ambos delanteros se abrazaron. Acción positiva en Huracán que festejé al igual que al gol. Porque hubo un referente sano que mimó a un chico de inferiores y otro jugador que entendió la orden de que su gol fue gracias, también, al gran aporte de otro compañero.
Fue contundente la victoria de Huracán ante un rival que se pareció a Huracán como cada vez que va a jugar al interior. Defensa segura, Villarruel que volvió a jugar bien, Espinoza que cumplió en su posición y Wanchope, que sin entrar tanto en juego, le cometieron el penal y marcó dos goles. Los tres fueron los mejores de un equipo que con sus limitaciones, fue un equipo.
Contento debe estar, además, el entrenador que metió mano entre semana, habló cara a cara con varios del plantel e hizo cambios correspondientes para tratar de cambiar la cosa. Por suerte, los chicos le respondieron.
El torneo le dio muchas chances a Huracán. Oportunidades que no supo sacarle provecho. Yo creo que, ante la falta de unión de muchos de los jugadores, el Globo no podrá pelear con los de arriba. Igualmente, destaco sólo dos equipos están por encima del resto.
La próxima será ante Brown de Adrogué. Kudelka tendrá a disposición a jugadores que por lesión o sanciones, no estuvieron ante Patronato. En Huracán, aunque muchos no lo sepan, no HAY NINGUNA PERSONA que sea más importante que la institución.
Bien Kudelka por cambiar, bien por los chicos en dar la cara, bien por los dirigentes en apoyar al entrenador. El club necesita menos egos y más trabajo. Tanto en la política como dentro del campo.
Juan Manuel Penalba
@JuanchoPenalba
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