sábado, 22 de marzo de 2014

La Previa, por Juan Rey


Sangre de Cristo

Yace inerte, ensimismado en su lecho. Inconsciente, por su naturaleza, de cuanto sucede a su alrededor. A través de las transparentes paredes que lo circundan podría observar las más variadas imágenes (distorsionadas por la curvatura del cristal), es que en su nombre se reúnen amigos a descubrir los más apasionados y recónditos caminos del conocimiento, se congregan amantes sellando juramentos de amor eterno, y se inspiran solitarios escritores cuando necesitan afrontar ese salto tan temido del pensamiento a la acción.
            Su magia radica en el triunfo definitivo e implacable frente a lo inevitable: el paso del tiempo, supongo que por ello los grandes del renacimiento lo usarían como elixir de la vida, para tratar de detener el tempus fugit. Desde tiempos inmemoriales el vino forma parte de la vida humana. La religión católica lo hizo uno de sus símbolos: Jesucristo lo convirtió en su propia sangre. No hay festividad judía sin vino. Los griegos y romanos fueron aún más allá, Dionisio o Baco era el nombre del dios del vino.
            La capacidad de extraer los pensamientos más elaborados, de permitir a su interlocutor desarrollar una idea, puede deberse a que la temperatura ambiente es la ideal para ingerirlo, no lo afecta, no pierde gas, no se enfría ni calienta, más bien espera.
            Espera a quien lo beba como el combustible aguarda que el motor se ponga en marcha, e inmediatamente las ideas comienzan a surgir por si solas.
            ¿Quién determina dónde se encuentra la delgada línea que separa el éxito del fracaso?
¿Puede un resultado determinar la validez o no de un largo y sacrificado trabajo? ¿No valió de nada el entrenamiento si la pelota pica afuera de la cancha? ¿No es reconocido el estudio si se aplaza un examen? ¿No vale la pena intentar jugar de otra manera, romper los paradigmas, desafiar las verdades establecidas? ¿O es simplemente genuino mientras los resultados acompañen? ¿El resultado da legitimidad a la forma, o más bien es ella quien lo legitima? ¿El fin justifica los medios? Por otro lado, ¿Hay algún medio que nos garantice fehacientemente que se vaya a cumplir determinado fin, o simplemente lo asumimos por contraposición, casi caprichosamente? ¿Jugar mal te garantiza ganar?
            Levanto la cabeza. Quinto – sí, quinto –  gol de Defensa y Justicia. Segundo del torneo, a 1 punto del primero. Casi sellando su ascenso. Hacía tres partidos que no ganaba. El técnico, quien reconoce a nuestro Ángel Cappa entre sus maestros, comenta que en la charla previa convenció a sus jugadores que no se apuren, que si bien no habían logrado la victoria en las anteriores ocasiones, venían haciendo lo correcto, que siguieran igual. No se si llorar o aplaudir.



Juan Rey, para Revolución Quemera.