No creo en las "místicas", sí, en su defecto, considero que lo anímico es fundamental para todo equipo de fútbol. No es casualidad que este plantel haya superado con creces las instancias decisivas —desempates y finales— sin ningún tipo de aprensión ante las adversidades y las presiones inherentes a una institución tan grande como es Huracán. Destaco el rol de los más experimentados, que se han reivindicado y terminaron cumpliendo un rol decisivo para que el globo esté viviendo este momento. ¿Quién hubiese dicho que aquel arquero que lucía intimidado ante Sportivo Belgrano, y cometía errores insólitos, cuatro meses después sería una de las figuras del equipo en el Mineirao, ante Cruzeiro, por la Copa Libertadores?
En la primera mitad el conjunto de Belo Horizonte dominó las acciones, y fue allí cuando más se advirtieron las diferencias entre los dos equipos, ya que el Cruzeiro desplegaba todos sus recursos para ensanchar el campo y llegar al área contraria con un buen número de jugadores, y por momentos quedaba mano a mano con la última línea del globo, que con el correr de los minutos se iba a retrasando, y le cedía terreno al local. La lucidez de Giordano, sumada a una buena dosis de suerte, hicieron posible que el conjunto de Apuzzo se vaya al descanso con un punto que tenía sabor a victoria.
En el complemento, Huracán se hizo fuerte en defensa y no pasó demasiados sobresaltos. El buen papel de los cuatro del fondo, más el equilibrio que brindó la figura excluyente, Federico Vismara, fueron determinantes para que el globo pueda desgastar a su rival, cortarle su intensa dinámica de juego y, de esta manera, mantener el marcador en cero. Luego, con los ingresos de Montenegro y Gallegos, Huracán comenzó a hacerse del balón e incluso, a partir de este dominio momentáneo, pudo haberse puesto en ventaja.
A pesar de nuestra esencia ligada al buen fútbol, es tiempo de reconocer los méritos de este plantel, que jugó como lo hacen la mayoría de los equipos cuando se miden ante estos gigantes. La historia es un proceso que se va construyendo, y creo que Huracán tiene todo para empezar a edificar las bases de un proyecto a largo plazo, en el que jugar copas internacionales se vuelva costumbre. Para ello, todos debemos contribuir, asociándonos al club y aportando nuestro grano de arena para que esto que estamos viviendo se transfigure en algo permanente.
En la primera mitad el conjunto de Belo Horizonte dominó las acciones, y fue allí cuando más se advirtieron las diferencias entre los dos equipos, ya que el Cruzeiro desplegaba todos sus recursos para ensanchar el campo y llegar al área contraria con un buen número de jugadores, y por momentos quedaba mano a mano con la última línea del globo, que con el correr de los minutos se iba a retrasando, y le cedía terreno al local. La lucidez de Giordano, sumada a una buena dosis de suerte, hicieron posible que el conjunto de Apuzzo se vaya al descanso con un punto que tenía sabor a victoria.
En el complemento, Huracán se hizo fuerte en defensa y no pasó demasiados sobresaltos. El buen papel de los cuatro del fondo, más el equilibrio que brindó la figura excluyente, Federico Vismara, fueron determinantes para que el globo pueda desgastar a su rival, cortarle su intensa dinámica de juego y, de esta manera, mantener el marcador en cero. Luego, con los ingresos de Montenegro y Gallegos, Huracán comenzó a hacerse del balón e incluso, a partir de este dominio momentáneo, pudo haberse puesto en ventaja.
A pesar de nuestra esencia ligada al buen fútbol, es tiempo de reconocer los méritos de este plantel, que jugó como lo hacen la mayoría de los equipos cuando se miden ante estos gigantes. La historia es un proceso que se va construyendo, y creo que Huracán tiene todo para empezar a edificar las bases de un proyecto a largo plazo, en el que jugar copas internacionales se vuelva costumbre. Para ello, todos debemos contribuir, asociándonos al club y aportando nuestro grano de arena para que esto que estamos viviendo se transfigure en algo permanente.
Agustín Macri