En mi ultima publicación en el blog, un Quemero me dijo que si bien era muy lindo y real lo
que había escrito, todos los hinchas
de todos los equipos piensan los
mismo de su club…
Entonces, pensé: si a HURACÁN lo hace grande su gente, porque no contar una historia de un Quemero que no
pude llegar a conocer bien pero que si dejo su huella en su familia hasta hoy.
Me remonto mas o menos 70 años atrás cuando Juan, un joven oriundo
de Carlos Casares, arribó a la gran Capital Federal, ya siendo hincha de
Huracán por que en su pueblo habla , un club llamado así …. Y por su puesto en Buenos Aires, se enamoró del glorioso HURACAN DE PARQUE PATRICIOS visitando partido a
partido el GRAN PALACIO TOMAS ADOLFO DUCO.
Pasaron los años, se casó y tuvo hijos. Y los domingos, en familia, disfrutaba de la sagrada
picada con vermut, el asado y después todos a la cancha. Su lugar en la Bonavena no era sino contra
el alambrado atrás del arco y en los entre tiempos se juntaban todos a comentar
el partido.
Vivió los
campeonatos ganados por el GLOBO, me lo imagino contento saliendo del Palacio habiendo visto al gran HURACÁN del 73. Ese equipazo del Flaco.
Esta historia
me la cuenta uno de sus hijos, mi viejo querido, con quien (ya saben) voy a la
cancha pero no al alambrado sino juntitos en la popular en el lugar de siempre, junto a mi
hermano futuro futbolista que se desespera gritando “Toca pibe toca, por abajo
pibe”.
También esta la
“otra” Quemera la que era bostera (la vendida para algunos) pero que de tanto
ver sufrir a su marido y sus hijos esos 90 y pico de minutos de cada partido del
Globo se hizo hincha de HURACÁN Y si se lo pedis está siempre lista para
acompañarte a la cancha , colectivo, tren y subte y ya está sentadita en la
popular alentando y si la vieran festejar los goles por Dios- O las apuestas
que les hace a sus compañeros de oficina y como defiende a su equipo cuando le
dicen que el Globo esta en la B…
Esa es una
hincha del Globo, sin ser socia, sin ir todas
las fechas a la cancha. ¡Esa mujer increíble es Quemera y es mi vieja!
Y como
olvidarme de Omar (mi tío , que no va seguido a ver los partidos, pero en las audiciones del Globo siempre deja un mensaje de aliento para que lo pasen al
aire y la verdad es que cuando va al PALACIO lo miro de reojo y le veo la cara de
sufrimiento hasta que HURACÁN canta el tanto y
la popular explota. Él, también. Cuánto guarda este hombre y tan poco dice…
Y así mi
familia me sigue contagiando día a día la Enfermedad Quemera, esa enfermedad
que no tiene cura y es maravillosa. ¿QUE ME VAN A
HABLAR DE AMOR?
regalo, yo mi pequeña historia, una historia de
un Huracán que contagió
una pasión y puso su granito de arena. Que lindo seria abuelo poder compartirla
con vos.
¡Gracias!
Silvina Busto
@SoyQuemeraaa