martes, 11 de febrero de 2014

#HistoriaDeLosMartes: ¡Figuritas!

Figuritas

Circulares.
De cuatro centímetros de diámetro.


De cartulina rígida. En colores.
Con la formación de los equipos de Primera.
En “paquetitos” de papel que albergaban cuatro o cinco de ellas.
A su vez, “contenidas” en cajas de cartón.
El buen quiosquero permitía elegir de los extremos o del centro si uno podía comprar tres paquetes o más.
Las pegaba en el álbum (costo aparte) con engrudo.
Tres partes de agua, una parte de harina.
 
Lo lúdico, diría un psicopedagogo, apareció con las “repetidas”.
Podía ser el “punto”, el “espejito” o derribarlo, el “puchero” o la “tapadita”.
El trueque – regido por las condiciones de mercado o “viveza” del individuo (nada ha cambiado): tres por una, diez por una, si era “difícil” y a adherirse al tan ansiado álbum que prometía la pelota de cuero tan querida.
Había que completarlo en su totalidad. Una utopía.
Jugar la “punto” consistía en llegar lo más cercano posible a la pared contraria desde el cordón de la vereda – sin pisarlo y mirando que el “trole” no se acercara demasiado. Había que superar el “tiro” del rival. El ganador acumulaba de a uno su logro.
Al “espejito” había que adosarlo a la pared en forma perpendicular al piso con una leve oblicuidad.
Voltearlo con un tiro plano era cuestión de puntería o suerte y podía alcanzar una acumulación grande de figus si esto no se conseguía rápidamente.
La adrenalina se manifestaba  en su totalidad al desconocer la calidad de figurita que arrojaba el rival y la acumulación de las mismas al fallar en los intentos.
También aceleraba las pulsaciones el “puchero”.
Luego de apoyar la ansiada redondez de la cartulina desde el muro desde una altura aproximada de un metro cincuenta, al dejarla caer la misma debería tocar la que yacía en el suelo –volcada previamente-.
Si así ocurría uno podía levantar todas las otras figus que el contrincante no había podido “tapar”.

Estaban las “difíciles”. Por cierto difíciles de conseguir.
Las que por pura casualidad podrían aparecer en algún paquete.
Había que probar de comprar en distintos barrios o esperar el trueque con algún desprevenido.
Hablo de cincuenta años atrás…
Pero… las figuritas vuelven.
Volvió “Toranzo” una de las “difíciles” y marcó el camino en el triunfo de regreso al Ducó.
Encontré a “Defederico”, otra difícil de hallar… una que esperaba hace bastante tiempo… desde el 2009 precisamente…
Todavía me faltan muchas…
Estoy en el camino, trataremos de llenar el álbum, el premio será ascender.
Arq. Marcial Sarrìas para Revoluciòn Quemera


Atento el arquitecto. Contento también: ganó Huracán.