jueves, 2 de octubre de 2014

El amor duele - Los puntajes, por Agustín Macri

Finalizaba el primer tiempo. El hincha quemero esbozaba una leve sonrisa, porque el globo había realizado un gran primer tiempo, y por fin había quebrado la racha de tres encuentros sin convertir, logrando materializar al menos una de las innumerables chances que sacudieron al arquero Ayala.

Parece irónico, pero aquella sonrisa decía mucho más. Quizás tenía voz propia, y nadie se atrevió a escucharla. O, acaso intentaba gritarte algo que tú claramente habías intentado cegar, y ocultar debajo de una inmensa capa de falaz sosiego. En tus labios estaba la respuesta, y tu sabías con exactitud que en alguno de esos 45 minutos que se vendrían, y que se harían inmensos, llegaría aquel gol que asevere a tu sonrisa, pues ésta, con intenciones masoquistas, quería demostrarte algo y mantener en vilo su inmensa vanidad, y tú, simplemente una víctima, bajarías la mirada, aceptando o confirmando que tu voz interior tenía razón, y que, como afirmaba Cerati, hay algo oculto en cada sensación.

Hoy Huracán se ve inmerso en un caos, ya que, si bien arrancó el campeonato de manera arrolladora –venciendo a Boca y a Temperley con grandes actuaciones–, hoy los quemeros, tras sufrir una gran cantidad de empates y derrotas inexplicables, cuestionamos al DT y a los jugadores –en especial la actitud que han mostrado los mismos–

La suerte no debe si quiera mencionarse, ya que si bien el planteo del último encuentro fue bueno, el DT tomó malas decisiones, incluyendo jugadores que hace tiempo que no están aptos para jugar –como Domínguez y Arano– y dejó afuera al siempre cumplidor Wanchope, que asegura una buena cantidad de goles –hoy una deuda pendiente que ni Milla ni Borghello han podido satisfacer–. De qué sirve plantear el partido correctamente, si quienes vistieron la 3, la 6 y la 9 no son los mejores en su posición. Hay mucho más que suerte, o al menos se han tomado malas decisiones, que indujeron a que la balanza siempre se incline para el rival.

Cuan ingenuos somos al negar los comentarios del hincha, pues son los más acertados, quienes tienen el panorama más claro. Fue él quien toleró los más grandes fracasos, y luego, acudió nuevamente al Ducó, desafiando a su salud, y a su propia familia, que ya lo mira con resquemor, desconfiando de su integridad física y psicológica. “Está loco el viejo”, dicen sus retoños y su cónyuge que, con mucha razón, esquivan aquel beso de la muerte que significa sentir pasión.

Me pregunto, desinteresadamente, por qué todos pareciéramos tener todo tan claro, menos los artífices de este desastre. Por qué todos tenemos la respuesta en nuestros labios, todos sabemos quiénes deben ser los próximos refuerzos, qué decisiones deben tomarse, qué equipo debe parar el técnico, cuáles son los errores que se están cometiendo. Si quemero, lo sabemos porque ya hemos visto retroceder una película que no sabemos dónde ni cuándo comenzó, sólo sabemos que está escrita, que ya hemos visto todo, que esto sólo es un deja vu que se repite incansablemente, y que el final siempre es el mismo.

“Todo está escrito” dices, “el destino está signado a fuego afirmas”, lo único que no entiendes es por qué nuevamente el domingo estás allí sentado, con una leve sensación de pudor, y con un gran conflicto interno, pues crees que el técnico es el peor del mundo, los jugadores son asesinos de Huracán, pero no puedes evitar volver a aquel lugar que sostienes que “te hace sufrir”, pero que sabes que es tu templo, y dónde te ves inmerso en un cúmulo de sensaciones que abstraen por un momento tu razón, y ya no sabes por qué ante cada avance imitas el movimiento que debe realizar el delantero –por más que sabes que está un tanto excedido de peso, y que sus condiciones técnicas para definir son escasas– e ignoras a tu sonrisa, pues ella podrá ser experta en predecir desenlaces, pero tú eres solamente una víctima, ya incurable y un tanto poseída por este sentimiento llamado Huracán.

Con el apoyo de @mftattoo, los puntajes del empate ante Independiente Rivadavia de Mendonza:

Díaz: 6 – Siempre atento para corregir los errores de la defensa, y por momentos actuando como un líbero al salir a cortar con mucha velocidad a las espaldas de los centrales. El uno nuevamente demostró seguridad en cada una de las acciones en las que intervino, y no tuvo ninguna responsabilidad en el gol. El mejor jugador de Huracán en lo que va del campeonato.
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Mandarino: 5 – Completó un partido correcto, y no pasó sobresaltos por su banda. En esta ocasión, respondió a un planteo más conservador, y no tuvo demasiada incidencia en ataque.
Erramuspe: 5 – Correcto encuentro del ex Lanús, que respondió ante cada aproximación del rival. Es cierto que no transmite seguridad, y que no es del todo sólido, pero siempre muestra actuaciones equilibradas, sin grandes errores ni enormes virtudes para destacar.
Domínguez: 3 – Hasta aquí llegó la paciencia del hincha, que nuevamente tuvo que ver como se le escapaban los tres puntos tras su infantil error en la marca. Su respuesta ante el gol de Velázquez fue la de un joven de 18 años, inexperto. Lo irónico es que Eduardo tiene 18 años de experiencia en primera, y no supo contener a un delantero que no está entre los 11 titulares de Independiente Rivadavia de Mendoza.  Todos sabemos los recursos que debe tener un central, y está más que claro que, por déficits físicos o actitudinales, no está en condiciones de ser titular.
Arano: 4 – Al igual que Mandarino, y por orden del técnico, su participación estuvo más en su propia área, intentando cerrar la banda izquierda sin demasiado éxito. El ex Racing jamás ofrece solidez, y en la acción previa al gol de Velázquez hizo exactamente todo lo que no debía hacer, permitiendo que Cardozo envíe el centro que más tarde derivaría en el empate de Independiente.
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Villarruel: 6 – En la primera mitad se lució más, ya que el equipo se replegaba bien, lo que le permitía recuperar el balón constantemente e iniciar los contragolpes. Tuvo participación directa en el gol del globo, tras una serie de toques con Gallegos, quien asistiría a Espinoza, y luego este desbordaría para que Martínez defina. En la segunda mitad, el globo bajó la intensidad, y Villa redujo su participación, retrasándose en el campo para contener los avances del conjunto mendocino.
Vismara: 6 – Buen partido del ex Instituto, que estuvo mucho más preciso en la distribución del balón, y no sufrió tanto en el retroceso ya que contó con el auxilio de Gallegos(que ofrece más sacrificio en la marca que Toranzo). En la primera mitad recuperó una gran cantidad de balones, y demostró que su trabajo en pos del equipo funciona más cuando se complementa con otro volante central. Luego, en la segunda parte, también decayó su nivel, y si bien intervino con menos frecuencia, se destacó en cada uno de las acciones que protagonizó.
Gallegos: 6 – Completó un gran primer tiempo, cortando todo intento de avance de Independiente, complementándose bien con Villarruel y Vismara, y asistiendo a los extremos. Además, fue protagonista de la apertura del marcador del globo, conectándose con Villarruel para asistir a Espinoza, quien desbordaría y asistiría a Martinez. En la segunda mitad se perdió un poco en el campo, y no tuvo demasiada incidencia en el juego.
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Espinoza: 5 – Si bien asistió a Martínez en el gol, y desbordó constantemente, siendo un problema para los defensores del conjunto mendocino, opacó su noche tras una serie de errores en la definición, que no nos permitieron ampliar el marcador. Su tropiezo tras un rebote fallido de Ayala simbolizó los errores en el último toque del pibe. Es un gran jugador, y estoy convencido de que nos dará grandes alegrías, pero deberá trabajar mucho más en este aspecto.
Borghello: 4 – Sólo se puede destacar su trabajo de presión en la salida, que por momentos fue exitoso, y permitió que nos hagamos del balón. Los delanteros deben juzgarse por su precisión de cara al gol, y en eso está claro que Borghello falla y mucho. Un delantero que falla tres ocasiones claras de gol no merece ser titular. Aún el hincha no logra entender por qué Milla y Borghello, que juntos sólo marcaron dos tantos en ocho encuentros, están por encima de Wanchope que convirtió “una vez y media”(el penal y el tanto de Toranzo) en sólo dos partidos como titular. 
Martínez: 7 – Gambeta, velocidad, precisión, gol y mucho éxito a la hora de profundizar. Se complementó bien con los volantes, y demostró ser letal a la hora de contragolpear. La figura de Huracán, que tuvo una tarea similar al encuentro con Banfield y fue el más efectivo cuando tuvo el balón en sus pies. Su deuda pendiente es la asistencia, y se ve claramente que se luce más cuando tiene espacios para contragolpear que cuando debe asistir para buscar espacios. Con virtudes y defectos, es esencial para este equipo.

Culpable de tanto dolor,
culpable de enterrarme un lento deja vu,
culpable de sentirme poseído,
culpable de quererte olvidar

Me has expuesto a inmensas jornadas de dolor,
Me has robado la sonrisa,
Me has hecho sentir desnudo,
Me has transformado en un frío cuerpo que apenas despide estertores

Y así pues, 
a pesar de todo,
no puedo dejar de quererte

Agustín M. Macri
@Agustin_Macri