Deambulo taciturno, mientras repaso cada uno de los hechos
que nos llevaron a esta situación. ¿Y si Nadur echaba antes a Kudelka? ¿Por qué
los jugadores pusieron menos empeño en los partidos en los que Frank Darío estuvo en el banco? ¿La mala relación con el DT los justifica?
No, de ninguna manera. Si el nivel real de los jugadores es éste, ¿por qué
durante catorce fechas cumplieron a rajatabla la ley del menor esfuerzo,
dejándonos al borde del abismo? Tres, más tres, más tres… Las cuentas todavía
dan, pero para conseguir el objetivo hay que ganar todo lo que queda.
Con la victoria ante Atlético Tucumán, en la cabeza de todos
los
quemeros se detuvo, por un momento, aquella rumiación eterna que sólo
finalizará cuando Huracán esté en la primera división. El partido comenzó de la peor manera para
Huracán: al minuto, y tras un resbalón del –para nosotros– peor arquero de la
categoría, la “pulga” Rodríguez puso el 1 a 0 para el conjunto tucumano.
Tras el gol, y luego de unos minutos que resultaron interminables para el globo, en los que primó la desesperación, comenzaron a mostrarse
los primeros indicios de reacción, producto de un adelantamiento en el campo del conjunto quemero. A
partir de allí, Huracán comenzaría a adueñarse de la escena y, más tarde, marcaría el empate tras un buena jugada de Wanchope.
En la segunda parte, el conjunto dirigido por Néstor Apuzzo
mantuvo esta intensidad que lo llevó a adueñarse del terreno y del balón, lo que le permitió adelantarse en el marcador, tras una buena definición de Ábila –previa
asistencia del incansable Espinoza–. Luego del tanto, el globo
seguiría dominando las acciones, hasta la expulsión de Erramuspe: fue a partir
de allí que el globo comenzó a retrasarse en el campo y, si bien tuvo
oportunidades para ampliar la ventaja –un penal inclusive–, sufrió cuando Atlético, apremiado por conseguir el empate, lo atacó con pelotazos y centros al área.
Con el apoyo de @mftattoo, los puntajes de la victoria de
Huracán:
Giordano: 1 – A la actuación del ex Brown de Adrogué no le
cabe otro adjetivo que “bizarra”. Rebotes insólitos, inseguridad y hasta por
momentos miedo de parte de un arquero experimentado, que ya tiene tres
descensos en su haber. En el tanto de Atlético, se resbaló y no pudo contener
un remate que, si bien fue potente, recorrió una amplia trayectoria, dándole
tiempo para reaccionar. En la segunda mitad, ya con Atlético lanzado al ataque, brindó todas las facilidades posibles para que nuestro rival consiga el empate.
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Mancinelli: 4 – Como en la etapa de Llop, demostró que no
siente el puesto, ofreciendo una participación más que limitada en ataque, y
pocos recursos físicos y técnicos para clausurar la banda. No hay tiempo para
inventos, es por ello que Apuzzo deberá volver a incluir a Mandarino.
Erramuspe: 4 – Sin dudas es una pieza importante para
nuestra defensa – quizás el más sólido de la misma –, pero aún sigue repitiendo
aquellos deslices que hacen de Rodrigo un jugador irregular, por momentos
inseguro y no del todo criterioso a la hora de marcar.
Domínguez: 5 – Volvió a la titularidad con una buena
actuación, siendo el pilar de una defensa que no fue del todo sólida, pero que
mostró una pequeña mejoría respecto a lo que vimos fechas atrás. A lo largo del
campeonato, ninguno de los cuatro marcadores centrales han sido una garantía ni
han podido demostrarnos que están a la altura del club, es por eso que Domínguez, que evidenció un nivel aceptable en lo
futbolístico –no así en lo humano–, está en condiciones de hacerse con el puesto.1
Arano: 4 – Disimuló otro flojo partido, en el que fue
fácilmente desbordado, aportando una buena cuota de sacrificio. Si Apuzzo
apuesta a la experiencia, deberá tenerlo en cuenta; pero no tengo dudas que si
Huracán retorna a primera, deberá buscar un lateral de jerarquía.
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Toranzo: 4 – En esta
ocasión, se recostó sobre la banda derecha, y no sólo perdió peso ofensivo,
sino que tampoco pudo cumplir la tarea de recuperación que se la asignó –es cierto que sus
capacidades naturales poco tienen que ver con la marca–. Huracán necesita al
Toranzo del semestre pasado y en este momento en el que estamos tan urgidos,
poco importan sus paupérrimas actuaciones y su desgano de las fechas
anteriores. Ya habrá tiempo para apartar a quienes no les sirven a Huracán, mientras tanto, necesitamos que todos den lo mejor de sí en pos del club. Los jugadores descansaron catorce partidos, ahora es tiempo de que dejen la vida en estos cinco
partidos que restan.
Villarruel: 6 – Como siempre lo marcamos, su trabajo es
silencioso y debe adueñarse de toda la zona central, ya que por
delante suyo Vismara aporta poco y nada para proteger la última línea. Con
regularidad, cada partido despliega una amplia gama de recursos que, si bien no lo destacan como Martínez ni lo posicionan como un jugador codiciado por clubes como Boca o River, contribuyen para que Huracán
funcione correctamente. Así como marcamos su empeño y lo positivo que
resulta para nuestro equipo, también debemos señalar que no dispone de un
jugador con el que pueda asociarse para distribuir, y que a su vez lo auxilie
en la recuperación del esférico –ese rol debería ser llevado a cabo por
Vismara, que aún no ha podido desarrollar su mejor juego–.
Vismara: 2 – En cada
ocasión en la que se pone esta bella camiseta, va acumulando deudas con nuestra
institución, ubicándose en el lugar de jugador resistido y provocando un hastío notable en los quemeros. Escaso compromiso con la camiseta y una actitud mediocre definen a un jugador apático, que toma malas decisiones
y que poco hace para reivindicarse, que no deja el alma cuando debe marcar –condición indispensable en una categoría en
donde prima la fricción y la fuerza física – y que apenas se limita a dibujar
una sombra casi inerte en el campo. Ojalá prime la lógica y Apuzzo lo envíe a
aquel lugar en el que siempre debió haber estado: el banco de suplentes.
Quizás, desde allí, sea más influyente que cuando está en el campo de juego.
Martínez: 8 –
Explosión, compromiso, actitud y talento. El Pity tomó las riendas del equipo y le sacó el máximo rédito a todas sus capacidades, completando un gran
partido, en el que aprovechó todas las debilidades que Atlético presentó en las
bandas, para desde allí desbordar, centrar y asistir a sus compañeros. Demostró
que tiene condiciones para ocupar la mitad de la cancha y también para actuar
como una suerte de extremo o wing. También debo destacar a Apuzzo, que
valiéndose de la velocidad de nuestra joven promesa, planteó un partido a la medida de sus extremos, que aprovechando la debilidad del contrario en los laterales, golpearían con contraataques rápidos. Esto dio resultado y Martínez, tras otra gran actuación, volvió a demostrarnos por qué es uno de los mejores jugadores
del fútbol argentino.
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Espinoza: 8 – Cualquier
calificativo que utilicemos para describir el sentimiento de un hincha –como lo es Cristian– se vería
absurdo ante la realidad, que supera todo tipo de crítica o elogio que podamos
elaborar. El pibe fue un quemero más, que sabiendo que “las papas queman”, dejó hasta la última gota de sudor en la cancha, desplegando un arsenal de recursos
notables que lo definen como un jugador completo en todo sentido. Sería injusto calificarlo sólo como "sacrificado" pues, además de destacarse por ello, también está dotado de
cualidades que le permiten ser incisivo y llevar peligro para la defensa rival.
Ábila: 7 – Gran partido de Wanchope, que se reivindicó tras
una serie de partidos en los que había dejado varias cuentas pendientes. Volvió
al gol y eso es más que positivo para un Huracán que tiene serios
inconvenientes a la hora de la definición. Su partido fue completo y hasta
incluso exhibió algunos movimientos interesantes, destacándose el de la jugada
previa al empate del globo. Si bien quedó un tanto opacado por la displicencia
con la que ejecutó el penal –error que casi nos cuesta el partido– hizo un gran trabajo.
1: A la hora de nombrarlo, no puedo dejar de
señalar su soberbia –actitud permitida por la Comisión Directiva, experta en
“llaissez faire, llaissez passer” – al posicionarse casi como dueño del club,
tomando decisiones cual mánager, decidiendo respecto a los entrenamientos y a la relación con la prensa, e incentivando al plantel para que no den todo
de sí. Si queremos crecer como institución, no podemos depender de un jugador de fútbol, ni
pretender que éste se ponga al mando, por encima del técnico y de la dirigencia.
Caminantes del tiempo
liderados por
patrones del Hades
Allí estaban…
Llevando un crucifijo
de cientos de años,
abrazándose
sobre las más oscuras pasiones
Olvidando aquellas esferas celestes
que han acogido al orbe
cuando la noche
vino a robarse el alba
Omitiendo que entre tanta
inercia y mundanidad
hay almas urgidas,
que se han fusionado
a un amor en rojo y en blanco