lunes, 9 de febrero de 2015

#LosPibesDeHuracán

Hace mucho que empecé a charlar con Apuzzo. Apenas asumió Nadur, ya tenía contactos con el que era, en ese momento, el Coordinador de Inferiores del club.
Recuerdo que me daba cuatro nombres: Gonzalo Martínez, Crisitian Espinoza, Jhony Bustos y Alejandro Romero Gamarra. Sólo el 7 y Kaku compartían categoría. Del Pity me decía que era un atrevido total con un dominio de balón en velocidad increíble, de Bustos me resaltó que era el "Rolfi Montenegro zurdo", de Romero Gamarra me dijo que "no hay un enganche como él en el país" y de Espinoza siempre me habló de su compromiso, velocidad y pegafa: "Es el primero en llegar y el último en irse. El otro día se quedó pateando tiro libres para perfeccionarse y lo mando al gimnasio a la tarde para promoverlo a Primera", me contó una vez Apuzzo.

La primera historia de Cristian y Alejandro surgió en Mar del Plata. Allí se jugaba un torneo internacional que el club fue invitado. Siempre Espinoza con la 7. Siempre el Kaku con la 10. Huracán, en esa competencia, se consagró campeón derrotanto a River y Universidad Católica entre otros. Empezaban a formarse mentes ganadoras.
De los ocho de abajo, Espinoza es el segundo. Gamarra el 7mo.
Bustos y Martínez, en épocas muy jodidas, fueron los primeros en subir a Primera. El primero metió dos goles: ante Deportivo Merlo y Atlanta. Lamentablemente, Bustos no mostró el profesionalismo adecuado luego de muchas oportunidades. Igualmente, el jugador sigue vinculado al club y se encuentra a préstamo en Platense. Ojalá, se de cuenta de su talento. De Martinez ya todos saben lo qué le dio al club con un ascenso, un campeonato y una venta que le permite al club un respiro económico muy importante, inversiones en sus estructuras e ir bajando la deuda de a poco. Aplausos para un jugador que se bancó muchas y que se fue genial de la institución. Mucha suerte para él.

Pero vuelvo a Espinoza. Llop, una vez, lo hizo jugar de 8. Yo creo que si le decían de jugar de arquero, aceptaba. Es fanático del Globo y quiere jugar. Y eso que varios entrenadores quisieron taparlo. Me dolió de Mohamed que, siendo un tipo surgido en La Quemita, lo excluyó en su momento. Kudelka, en cambio, le dio LA CONFIANZA. Espinoza nunca aflojó. Cuando la cosa no le salía con la pelota en los pies, lo intentaba con el sacrificio. Sumó goles pero su principal virtud fue la de asistidor. Mal no le fue. Para nada. De la mano de sus pases, de sus corridas, de su amor propio y de su hermosa manera de jugar al fútbol, el pibe quedará para siempre en la historia de la institución: titular del equipo que salió campeón de la Copa Argentina después de 41 años.





Una anécdota personal: cuando llegué a la tribuna en San Juan, lo admito, me recorrió cierto miedo por mi cuerpo. Pero cuando Huracán salió a realizar los trabajos pre-competitivos, Espinoza fue el primero en salir, pegó un pique a máxima velocidad donde estábamos todos nosotros, levantó la mirada y volvió con sus compañeros. "Vamos pendejo la puta que te parió", le grité emocionado pero con un gran con cariño. Les juro que el miedo se me fue.

Pero aún había que cerrar una herida Había que lograr el ascenso en Mendoza. Empezamos perdiendo, Mancinelli lo empató y apareció la magia de Romero Gamarra para darle EL GOL DEL ASCENSO después de 4 años horrible en una categoría MUY COMPLICADA. El Kaku tiene ya seis goles y hasta se dio el lujo de marcar uno en Lima. En Mar del Plata fueron campeones con la 6ta. Rinaldi era el DT. En Primera, lograron el titúlo tan deseado por mucha gente y el ascenso. Y tan  sólo tienen 20 años.



Le quedaba una más a Cristian: darle un sudamericano a su país en el Sub-20. Y claro, Espinoza lo cumplió y el sábado pasado, la Selección nacional se quedó con el título ante más de 30 mil personas en el mítico centenario uruguayo. No hizo goles, pero sus asistencias asombraron a muchos. Argentina logró clasificar al Mundial y a los JJOO. Algo que se le venía negando...


Son ganadores. Son chicos surgidos del club. Son humildes y quieren seguir aprendiendo. Tendrán que tener los pies bien aferrados al piso para volar cada vez más alto. La Comisión tendrá que invertir cada vez más para volver a tener de éstos chicos. En un futuro, los niños les dirán a sus padres: "mamá, papá quiero ir a Huracán como mi ídolo Espinoza. Quiero tener la hablidad del Kaku".
Esta historia recién comienza. A lo mejor, tendrán ganas de hacer mucho lío en la Copa. Son pibes. Son atrevidos. Son Espinoza y Gamarra. Son el 7 y el 10. Son campeones y de Huracán.

Juan Manuel Penalba
@JuanchoPenalba