Pasaron trece años para que Montenegro vuelva a vestir la camiseta del globo. En esa etapa, el hincha de Huracán vivió distintas sensaciones, y, a lo largo de los años, fue mutando su parecer acerca del diez, que se retiró silbado cuando vino al Ducó representando a Independiente, y tuvo un polémico gesto —demoró al salir del terreno de juego, y luego comenzó a arengar a la hinchada del "Rojo"— en aquel desempate en el que el conjunto dirigido por Omar De Felippe volvió a la máxima categoría, con ayuda del árbitro Ceballos y del línea Esquivel.
En este mercado de pases, la postura de los dirigentes y del cuerpo técnico sobre una posible llegada de Montenegro fue cambiando, ya que Apuzzo, en primer lugar, negó todo tipo de interés por el futbolista, y luego confesó que no podría rechazar a un jugador de la jerarquía del Rolfi. El presidente, que se había reunido con Montenegro el día lunes, desmintió que haya existido tal encuentro, aduciendo que no contratarían futbolistas mayores de 28 años.
Hoy, tras varias idas y vueltas, se confirmó que el globo podía incorporar al jugador por la lesión de Carlos Arano; es por ello que Daniel "Rolfi" Montenegro descartó la oferta de Chicago, con quien ya tenía todo acordado, y selló su vínculo con Huracán, a préstamo por un año.
Cada uno tomará una postura respecto de su llegada, lo cierto es que antes que todo, debemos priorizar al club, que tendrá el desafío de pelear la Copa Libertadores. En lo humano, Montenegro dejó varias cuentas pendientes. Deberá saldarlas en la cancha, y reconquistar a la gente con goles. Sobran las palabras, y las declaraciones que pueda hacer en los medios. Es tiempo de reivindicarse.
Agustín Macri
