Regreso a casa
Cuenta la historia (como ya hemos visto en
anteriores columnas), que en la antigua Grecia el peor castigo que podía sufrir
un hombre era el destierro, aún más que la muerte.
En los primeros años del siglo XX, millones de
europeos se vieron obligados a emigrar hacia el nuevo continente, producto de
las guerras y la hambruna, terminando de darle forma a la cultura criolla.
El exilio no era sólo una alternativa, sino la
única opción que tenían los intelectuales latinoamericanos desde los 50 y sobre
todo durante la década del 70, mientras se escribían las páginas más tristes de
nuestra historia. Para no seguir el mismo destino que Rodolfo Walsh, escritores
como Gelman, Galeano, Cortázar o Soriano, y cantantes de la talla de la gran negra Mercedes Sosa emigraron. Así, nos
encontramos en nuestra literatura con historias de almacenes contadas desde
algún bar del barrio latino de París, con poemas de amor redactados a la vera
de los canales de Venecia, con canciones folcklóricas compuestas sobre las ruinas
de la vieja Tenochtitlán.
Hace no mucho, las hileras frente a la
embajada de Italia o España eran kilométricas, de argentinos que
voluntariamente huían en busca de un futuro mejor…o simplemente de un futuro.
Durante el tiempo que dura el
proceso, el exiliado, fruto de la melancolía, de la nostalgia que genera la
distancia, tiende a idealizar la vida en su pago. Los pequeños detalles que
otrora le resultaran molestos, son ahora insustituibles. Añora las calles
empedradas y los atascamientos.
En muchas ocasiones, se dejaron
atrás también afectos. Familia con la quien compartir, amigos que no fallan, y
amores por los cuales se está dispuesto a dar la vida. Se pagarían las sumas
que no se tienen por un minuto más de su compañía, de su cariño, de sus sonrisas
o miradas.
Lo cierto es que en muchos casos,
cuando se termina la causa que lo hizo emigrar, el desterrado prefiere no
volver, o simplemente ir de visita. También muchas veces, se escandaliza al ver
los viejos empedrados, en lugar de las asfaltadas calles del primer mundo, y se
avergüenza de haber comprado mercancías en un almacén en lugar de las grandes
tiendas líderes que reinan en los países del progreso. Las costumbres de la
compañía y la familia, se ven cambiadas por la sumisión ante las telecomunicaciones y la tecnología. Se
critica con ahínco ese terco tercermundismo que nos hace perder tiempo
cocinando en lugar de la eficiencia que propone el delivery de comida sin gusto
o el café servido en vasos de cartón.
Entre tantos olvidos y desencantos hay un
bastión inamovible, inclaudicable. La pasión por el club de los amores no respeta
fronteras. Desde el frío de Canadá, al insólito horario australiano, el calor
tropical panameño, o la estructurada Europa, miles y miles de argentinos
organizan sus horarios para estar frente a una computadora al momento en el que
la pelota empiece a correr, en el que los suyos se batan a duelo con los
rivales. Durante 90 minutos, Berna, Viena, Guatemala o Hong Kong, son apenas
distantes de La Quema, Florencio Varela, Avellaneda o Boedo. Las puteadas
viajan vía satélite, y los gritos de gol se transmiten por cable coaxil.
Durante 90 minutos, no hay otro lugar en el
universo en el que desees estar más que en esa tribuna, la que te vio crecer,
la que conociste con tu viejo o tu abuelo, la que querés que conozcan tus
hijos. La que te habla y te escucha, la que te da las alegrías más grandes y
los llantos más sentidos. Durante una hora y media, estés donde estés, no estás
ahí.
Juan Rey, para Revolución Quemera.
¡¡¡JUEGA HURACÁN!!!
El Globo busca reponerse de la caída en Junín, este lunes, en el Ducó ante Talleres. Duelo CLAVE por la zona baja. Cambios obligados y tácticos realiza el entrenador, Frank Kudelka, para lograr su segunda victoria seguida jugando de local.
Monzón; Mancinelli, Ferrero, Cuesta, Arano; Mandarino, Capurro, Villarruel; Milano, Caruso y Defederico.
4-3-3, el dibujo. Vuelven Mancinelli, Capurro, Villarruel y Milano. Cuesta, de central.
Complentan la nómina de jugadores: Díaz, Bouvier, Zaragoza, Sotelo, Fernández, Bustos, Romero Gamarra, Espinoza y Quintana. Dos quedarán fuera del banco de suplentes.
El partido comenzará a las 20 hs y será transmitido por TV sólo para la Provincia de Córdoba.
¡¡¡HAY QUE APOYAR A HURACÁN!!!
¡¡¡JUEGA HURACÁN!!!
El Globo busca reponerse de la caída en Junín, este lunes, en el Ducó ante Talleres. Duelo CLAVE por la zona baja. Cambios obligados y tácticos realiza el entrenador, Frank Kudelka, para lograr su segunda victoria seguida jugando de local.
Monzón; Mancinelli, Ferrero, Cuesta, Arano; Mandarino, Capurro, Villarruel; Milano, Caruso y Defederico.
4-3-3, el dibujo. Vuelven Mancinelli, Capurro, Villarruel y Milano. Cuesta, de central.
Complentan la nómina de jugadores: Díaz, Bouvier, Zaragoza, Sotelo, Fernández, Bustos, Romero Gamarra, Espinoza y Quintana. Dos quedarán fuera del banco de suplentes.
El partido comenzará a las 20 hs y será transmitido por TV sólo para la Provincia de Córdoba.
¡¡¡HAY QUE APOYAR A HURACÁN!!!