El globo cayó ante Unión de Santa Fe por 1 a 0. El tanto lo
marcó Triverio, tras un grosero error de Federico Vismara, quien lo dejó mano a
mano con el arquero Díaz. El flojo partido de Huracán, y la falta de recambio
para afrontar tres competiciones, volvieron a sembrar un manto de dudas acerca
del futuro.
El 23 de enero, en una de mis columnas para Revolución Quemera, señalé la pasividad de los dirigentes, que procrastinaron demasiado, y
tomaron una actitud pasiva respecto al futuro, creyendo que lo mejor era
relajarse, porque este plantel era el mismo que nos había dado un trofeo luego
de 41 años. Esto último, como enunciado, no deja de ser cierto; pero no podemos
dejar de analizar cómo se logró aquella competición, y las contingencias que se produjeron a lo largo
de ese año —el globo terminó 10° en la B Nacional—. Aquel Huracán, que era bastante similar al actual, en primer lugar,
contaba con Gonzalo Martínez, hoy una de las figuras de River Plate, y con Cristian
Espinoza, el “obrero” del equipo, que conectó decenas de asistencias para sus
compañeros. Además, estaba el cuestionado Cristian Milla, que se ubicaba por
encima de Borghello en la consideración de Kudelka y de Apuzzo —tras dos
partidos, entendemos por qué era suplente de quien hoy juega en Chacarita Juniors—.
Mientras el vicepresidente de la institución nos pedía que nos
relajáramos y disfrutemos del momento, algunos nos paramos en la vereda de en frente, y afirmamos que
Huracán no puede aferrarse a viejos laureles, y debe centrarse en una idea
progresista, de avance continuo hacia un proyecto integral que evalúe todas las
áreas, tomando como principal referencia lo futbolístico, sin dejar de lado las
obras en La Quemita, la “usina generadora” del club, donde nacieron futbolísticamente jugadores
como Lucho González, Osvaldo, Montenegro, Andújar, Espinoza, Martínez, etc.
En lo que respecta a los beneficios para los asociados, aún
se hizo muy poco, ya que los socios del interior dependen de la ayuda de Víctor
Di Matteo, quien si bien brinda hasta la última gota de sudor en pos de
Huracán, no puede ni debe hacerse cargo de algo tan complejo, que requiere de
un área especializada, y no de una sola persona. Quedará como punto de debate
si hay responsabilidad de los hinchas en no asociarse, o si se necesita de la
intervención de la CD para generar un sistema online y facilidades de pago —los dirigentes comentaron que están cerca de arreglar con Pago Fácil, sería un gran acuerdo, ojalá se de— que ayuden a quienes
desean hacerse socios y no pueden viajar hasta Parque Patricios por distancia u
otras razones.
En un principio, desde la comisión directiva bajaban el
mensaje de que “el mercado está difícil”, y lo entendimos. Huracán había
vendido a un jugador en 40 millones de pesos, por lo que era plausible que los
jugadores se excedan en sus pretensiones. Pasaban las semanas, y veíamos como
jugadores baratos y rendidores tomaban
otros destinos. Mientras tanto, Gustavo Mendelovich, el presidente de la
Subcomisión de fútbol, estaba relegado al puesto de acompañante de la delegación,
sin intervenir en la llegada de los refuerzos.
Analizando
el plantel en todas sus filas, Huracán posee un buen arquero, y luego dos
suplentes que, cuando jugaron, cometieron errores infantiles. La defensa la
tiene cubierta, ya que además de Mancinelli, Nervo, Domínguez y Balbi —quienes
asoman como titulares—, cuenta con Zaragoza, Echeverría, Carrera y Sotelo como recambios. Lo que
no se entiende es por qué se trajo a Blásquez, un jugador que venía de una liga
semiamateur —la B de Chile—, “tapando” al pibe Sosa, y se mantuvo a Alexis
Ferrero, zaguero con un buen sueldo, que seguramente no tendrá minutos . En el
mediocampo, tiene buenos volantes centrales, es el caso de Villarruel, Vismara,
Gallegos, Bruna y Moreno y Fabianesi; pero de allí en adelante comienzan a
surgir las preocupaciones, ya que Gamarra recién está dando sus primeros pasos
en el equipo titular, y parece ser el único jugador que puede ofrecer algo
distinto, Toranzo no parece estar en condiciones físicas para jugar las tres competencias, y tampoco tiene un suplente en su puesto. Sólo Favalli, que mostró muy poco, podría jugar en esa posición, pero
sabemos que no podemos depender de un jugador que no era titular ni en
Instituto. En la ofensiva, dependemos de
Wanchope, ya que detrás de él sólo tenemos a Borghello, que aún no marcó en
casi una decena de partidos.
¿Huracán
puede ilusionarse? Sí, sin dudas podría hacerlo si apuesta a una de las competiciones.
El equipo titular tiene a jugadores talentosos, que pueden marcar la
diferencia, como Toranzo, Gamarra o Wanchope, pero que, si son sobreexigidos, terminarán
jugando todas las competiciones en un ritmo muy inferior; situación que podría
haberse evitado si se incorporaba correctamente —sin comprometer la situación económica del
club, lógicamente—. Se apostó otra cosa, a la relajación y al goce por “el
momento que estamos viviendo” —así lo manifestó el vicepresidente—. La Copa
Argentina ya pasó, y la disfrutamos todos los hinchas de Huracán. Ahora, había que
pensar en lo que se venía, pero se terminó apelando a una vieja tradición de
Huracán: quedarse en lo que sucedió, sin poder mirar el presente y el futuro.
A
continuación, los puntajes de la derrota ante Unión de Santa Fe:
Díaz:
6 – Buen partido de Marcos, que respondió cuando lo exigieron, y le contuvo un
violento remate a Martínez. En el gol, no tuvo ninguna responsabilidad, ya que
Triverio quedó mano a mano en la puerta del área chica.
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Nervo:
4 – Flojo partido del ex Arsenal, que en esta ocasión tuvo que hacer las veces de
lateral, posición en la que, si bien tiene experiencia, no se siente cómodo.
Casi no tuvo incidencia en el campo contrario, y perdió mucho más de lo que
ganó cuando se enfrentó en el mano a mano ante los volantes rivales. Su
contextura física, y sus características denotan que no puede jugar en ese
puesto. Deberá volver a la zaga con carácter de urgencia. Allí sí podrá sel pilar que fue en el encuentro del martes ante Alianza Lima.
Echeverría:
5 – En el primer tiempo, resistió ante los continuos embates de Unión, que
había ganado el mediocampo y se lanzaba dispuesto a romper el cero en el
marcador. En el segundo tiempo, comenzó a ceder y evidenció algunas falencias. En
un partido complicado, que a Huracán se le hizo muy cuesta arriba, tuvo una
correcta actuación.
Domínguez: 7 – La figura de Huracán. Con providencia, despejó el peligro —que cada vez
llegaba al área con más frecuencia— en innumerables ocasiones, y se adelantó varios
metros cuando el partido lo pidió, para corregir las falencias de Vismara —quien tuvo un pobre
partido—. En el gol, no tuvo responsabilidad alguna, ya que nadie
esperaba la pifia del ex Instituto. A pesar del buen ritmo del rival, y de la
exigencia física que eso supone, demostró que está a la altura de las
circunstancias.
Balbi:
6 - Buen partido del ex Lanús. Sólido en el mano a mano, rápido para no
permitir que le ganen la espalda y un tanto impreciso con la pelota en los pies, quizás
producto de la falta de opciones de pase. Por ahora, no extrañamos a Arano, ya
que el joven lateral mostró una jerarquía notable.
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Torassa:
5 – Otro encuentro en el que realizó un desgaste importante, pero no tuvo la
contudencia para desequilibrar en los últimos metros. El hecho de que Unión
haya superado a Huracán en el mediocampo, lo obligó a retroceder demasiado —llegando,
incluso, a la posición de un segundo lateral—, dejándolo sin fuerzas para
produndizar en el área contraria. Está claro que Agustín no es Espinoza, y no tiene ni
su talento, ni su capacidad física y técnica para recorrer toda la banda, y sacar diferencias en los últimos metros.
Villarruel:
5 – Aceptable encuentro. A pesar de haber sufrido la intensidad de los volantes de Unión, y de haber
sido desbordado en varias ocasiones, tuvo más claridad que Vismara para distribuir
el balón. Se espera mucho más de Lucas.
Vismara:
4 – Partido para olvidar de Federico, que volvió a ser uno de los puntos
flojos, y no ofreció ninguna garantía, ya que desprotegió el mediocampo y
obligó a Domínguez a adelantarse y relevarlo; además, falló demasiado con el balón en
los pies y cometió un error infantil que derivó en el tanto de la victoria de
Unión. Lo necesitamos jugando con mayor intensidad, sino, habrá que darle lugar
a Bruna.
Gamarra:
5 – Sólo algunos destellos de calidad del pibe, que no pudo entrar en
contacto con el balón, ni tuvo espacios para desplegar todos sus recursos.
Destaco un control exquisito y un buen centro en la segunda mitad, luego,
desperdició un contragolpe muy claro. Es joven, y tiene todo para ser una de
las figuras del fútbol argentino. No podemos apurarlo, ni juzgarlo con
severidad. De a poco, irá ganando experiencia y potenciando todo su talento
natural.
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Toranzo:
4 – Aún sigue —mentalmente— en Lima. Desde aquel encuentro, no pudo repetir nada de lo que
había hecho ante Alianza. Cuando le brindan facilidades, marca diferencias;
pero tiene inconvenientes cuando los espacios son reducidos, y los rivales
se defienden con intensidad. En un plantel sin recambio, es la pieza clave, por lo que
lo necesitamos en su máxima expresión.
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Ábila:
5 – Luchó, peleó y buscó espacios pero no logró hacerse del balón. Por momentos
retrocedió varios metros para asociarse con sus compañeros, pero no pudo ante la firmeza de la última línea
de Unión, que no le dejó ni el más mínimo resquicio. Esta vez no fue su tarde,
pero destaco su compromiso y sus ganas.